El desgano - o vagancia, para los vulgares - está siendo un aliado para contrarrestar mis energías impulsivas. Dejé un poco de hacer cosas que antes eran rutina, pero rutina de la copada. Ahora las realizo cada tanto, y puedo afirmar que es MUCHO más placentero, porque se disfruta después de un período de abstinencia. Eso creo que es una de las cosas que me agradan del extrañar, de la nostalgia propia de recordar. Desear, y hasta anhelar el deseo en algunos casos.
[Sentirme extraño, es extrañar. No reconocerme como lo era cuando tenía eso...]
Bueh, tanto prólogo y no me decido aún qué escribir...
Estoy leyendo un libro de Ortega y Gasset acerca de la filosofía, y nuevamente vuelvo a caer en esa cuestión que simula ser un dejá-vù para mi consciente orgulloso. El hecho de pensar en cosas que luego descubrís que ya fueron analizadas, pero queda el "sabor" de la autosatisfacción, al saber que a pesar de que ya había sido dicho (pero no sabías) vos también lo habías pensado... :)
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Anoche por curiosidad, leí nuevamente algunas estrofas de un tema de "La Portuaria" y me interesó. Seguí investigando, leí sobre el grupo, sus influencias externas hacia el grupo y ellos a quiénes habían contagiado de su música. Fue maravilloso, espontáneo. Hoy quiero escucharlos... :)
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¡Qué poco gustosos que me resultan los apuntes universitarios de Artes Aplicadas! Aunque cada (muchas) páginas encuentro cosas por demás interesantes...
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Un abrazo.
Sé lo que o quien desees ser, a tu manera. ¿Qué te parece?.
Jebú
letargo@live.com.arsave
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