miércoles, 24 de febrero de 2016

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"Educar es compartir,
El silencio no es mi idioma"


Lo que realmente ubica y pone en orden coherente es poder ver, notar, participar de lo dual y que aquél tanto y como yo mismo, vive y siente. Sin la odiosa costumbre de verlo ajeno, por ser ajeno uno mismo a la propia realidad que delega en el ser por no ser. Apuntando afuera, emitiendo ondas que primero y en lo hondo te convencen a vos mismo de lo que, crees, haces a otro.

Reprogramacción

[ Recordemos la respuesta de Platón a la pregunta de uno de sus discípulos: ¿Para qué enseñas si el destino de los hombres está en manos de los Dioses ?

“Los Dioses no existen, tan solo son seres poderosos venidos de los mundos lejanos de fuera de la Tierra, el conocimiento de estos hechos y de su intervención en la evolución del hombre, nos hacen libres del miedo que les tenéis sus servidores" ]

Reaccionando

El gozo verdadero no tiene por causa nada visible o intangible. Es un gozo sin causa que nos da sencillamente la sensación de existir como alma en espíritu. Así pues, en lugar de esperar poseer algo o a alguien para sentirnos alegres, hacer lo contrario: alegrarse de la simple existencia de los seres y de las cosas, porque en esta dicha que nos dan, ya tengo la sensación de pertenencia. Sólo lo que nos da gozo nos pertenece, mientras que lo que ya nos pertenece, no lo da o muestra necesariamente.
Todo lo que nos alegra, ya lo poseemos verdaderamente y mucho mejor que si fuera uno propietario. ¡Qué gozo podemos sentir ante la belleza de la naturaleza, la salida del sol, el cielo estrellado! Y sin embargo, no son materialmente nuestros. Lo más importante no es pues la posesión, sino la facultad de regocijarse.

martes, 16 de noviembre de 2010

Luna infiel


Luna infiel de a momentos...
Cuando él se va, tu manto se despliega oscurenciéndonos.
Pero miles de sus impropias copias destellan.
Miles que provocan tu asfixia.
Tantas que comienzan a recordar la rutina,
la costumbre de estar unidos como extremos.

Anhelas el encuentro, aunque eso determine la muerte de alguno.

Él, en su eterna lejanía, pareciese que ilumina,
pero su calor tardará en llegar -nuevamente-
hasta la próxima estación.

Sin embargo tus ojos vagos observaron la mirada de un
hombre santo reflejada en un lago. El mismo que se ubica
en lo alto de la montaña y refleja, noche a noche, tu
consuelo de haber amado tu opuesto; aquél sutil complemento,
que de tanto arder aburre, pero hiela si te alejas.

[ En esta nuestra justa distancia,
si te acercas te podrás quemar.
En esta nuestra justa distancia,
si te alejas, me dejarás helar... ]

¿Es que no te diste cuenta?

En el medio te ubicas, cual excusa del planeta para sentirse grande,
de tenerte como joya reluciente, desatando tempestades en los mares
y en las costas, renovando el paisaje y borrando antiguas huellas.

Sólo eso eres, sola en tu medio estás. Sola y amortiguando verdades,
que cuando eclipsan, ustedes, resulta un manjar.

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Jesús...

miércoles, 15 de septiembre de 2010





De sus bocas ya no caen más palabras, sino suspiros calmos; sonrisas que hablan de su alivio y de un tierno aliento portador de humedad y calor: principio de la manifestación en este lugar.

Nuestros pies elevan su presencia -aunque no haya referencias-
Dejamos de girar y vibrar. Nos encontramos absolutos.

Desde la postura del desenfoco se definen las formas. Al centrar la vista sólo en el fondo, podrás observar la transparencia de lo aparente. Se quiebran estructuras y caen formando espirales de sentido contrario a la dirección del rumbo predestinado; se cortan lazos y, de repente, se te destapan los oídos, se abren los ojos y las manos se ablandan...
Manteniendo la idea sobre tus manos, ¿cómo podrás volar liviano? Deja que gire y te muestre sus vertientes continuas en La Presencia, lejos de apariencia y también tan cerca -del mismo modo- de su independencia, libertad y arbitrio.
Suéltala, que no caerá. Suéltala que te seguirá -de ser verdad-
Necesario despertar es el despojo, lamento del necio y alimento del buscador.

Sol, tan dominante.
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Soltando el diamante.
Bien, ahora soy personaje que habla omnisciente desde el narrador. Siempre ha sido así. Nos creamos, creyendo en la historia del placebo disfrazado con ternura para desprendernos del vicio al fármaco anestésico.

Des, per, tar.
Dos, par, ¿ter?
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Distorsión,
dimensión en flexión.

miércoles, 4 de agosto de 2010

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¡Y ESTALLAS!