El color, es la ilusión de diferenciar fenómenos ópticos reales en todas sus abstracciones dimensionales. Fuera de cursilerías, ¿qué se observa en una flor? inteligentísimo ser, configurando sus deseos de acuerdo a lo que le conviene que interprete su receptor. Logrará atraer, tanto así como espantar, por sus colores.
En el negro descanso visual, uno encuentra más virtuosidad: imaginar lo que allí no está, o si está pero no podemos ver, sino mirar. Imaginar, otra actividad más que recrea la insaciable búsqueda de mantener activas las funciones receptivas sin que se aburran y caigan en la vagancia de creerse onmiscientes pasajeros del gran viaje.
Mística belleza la de mutar y cambiar constantemente cada detalle de lo conocido, bendito lo endiablado del movimiento: sutil equilibrio entre el espacio y el tiempo. He aquí la omnipresencia de irnos, para volver. El motivo del destino, será el lugar más la excusa; el tiempo se marea entre su oleaje, producto del rotar de las posibilidades sobre un colchón en el que descansan las intenciones...
¡EXPLOTA!
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Jesús
letargo@live.com.ar
(Mi página)
[ Se vive muriendo ]
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