[Esenvanoqueintentéscaratularmiexpresión]
De la angustia uno recoge sabiduría de reconocerse un indefenso estúpido ante la magnitud de los actos indeseados y tan temidos por el temor. Cruel esperanza de conocer un límite del segmento, así como el de creer en la sucesión cíclica como un ritual que se ha de cumplir a como de lugar.
Socavar en la inexactitud de la precisión, anhelando desconcertar la entereza de lo más frágil. Caminar sin espacio a recorrer, encontrarse incapaz de ubicarse en el espectro sideral de los sucesos enlazados. Caminar de espaldas, con las alas; aletear para esfumar el polvo, mientras se disipa la bruma del camino sinuoso. Ahora si, ahora estás. Los ojos hacia el cielo: es tu norte y debes caminar en el aire con tus pies. Has de encarar nuevamente a la angustia, es tu destino próximo el estamparte una y otra vez con lo mismo, cual paredes de un laberinto que -aunque 'tontas'- son sabias al recordarte los límites de una realidad concreta. Caótico.
Hacia la luz buscarás ir, sin temor sobre lo que te han contado. Pues ¿quién goza de un sentimiento empírico? mas lo que realmente vale será tu interpretación, el nuevo tallo que crece y da sus frutos, continuando así la riqueza de lo que tus ancestros han comenzado:
El firmamento está en plena construcción
y esta vida es tu reclutación
para luego conformar un ejército
de miles de seres - intentando ser lo que ya son -
batallando por un descanso utópico.
Por una rama caída se entiende la derrota, mas el tallo verde será esperanza; mientras lo gris sea presente, la vida misma será justificada. Es tu deber no acatar las órdenes. (Básicamente será deshilar la anterior oración), danzando al ritmo del despojo. Seguir el ritmo de tu percusión... hacia la melodía del eterno círculo que retoma su curso, siempre en el vacío de la periferia. Gozando la vida de otra manera: Sabiendo que las cosas no podrían estar mejor que hoy; pues así lo están, ¿qué más esperás?...
Socavar en la inexactitud de la precisión, anhelando desconcertar la entereza de lo más frágil. Caminar sin espacio a recorrer, encontrarse incapaz de ubicarse en el espectro sideral de los sucesos enlazados. Caminar de espaldas, con las alas; aletear para esfumar el polvo, mientras se disipa la bruma del camino sinuoso. Ahora si, ahora estás. Los ojos hacia el cielo: es tu norte y debes caminar en el aire con tus pies. Has de encarar nuevamente a la angustia, es tu destino próximo el estamparte una y otra vez con lo mismo, cual paredes de un laberinto que -aunque 'tontas'- son sabias al recordarte los límites de una realidad concreta. Caótico.
Hacia la luz buscarás ir, sin temor sobre lo que te han contado. Pues ¿quién goza de un sentimiento empírico? mas lo que realmente vale será tu interpretación, el nuevo tallo que crece y da sus frutos, continuando así la riqueza de lo que tus ancestros han comenzado:
El firmamento está en plena construcción
y esta vida es tu reclutación
para luego conformar un ejército
de miles de seres - intentando ser lo que ya son -
batallando por un descanso utópico.
Por una rama caída se entiende la derrota, mas el tallo verde será esperanza; mientras lo gris sea presente, la vida misma será justificada. Es tu deber no acatar las órdenes. (Básicamente será deshilar la anterior oración), danzando al ritmo del despojo. Seguir el ritmo de tu percusión... hacia la melodía del eterno círculo que retoma su curso, siempre en el vacío de la periferia. Gozando la vida de otra manera: Sabiendo que las cosas no podrían estar mejor que hoy; pues así lo están, ¿qué más esperás?...
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Jebú.
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Jebú.
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