La verdad no se aprende, se esnifa.

Una persona ha transcurrido 6995 días, en los que cuentan miles de noches inventadas por algún sentimiento enceguecedor que le impidió ver la luz. La tiniebla no era oscura, nada más que la bruma lo asusta, y el intenta escapar en búsqueda de aire puro, sin mirar el camino por el que va. Solo pretende llegar lo antes posible.
Desesperado.
La tristeza no le impide mirar, por el contario: Lo mantiene en vilo, atento ante cualquier ataque inesperado.
El miedo teme, incluso, a asustar. Fueron muchas sombras, y se las ha aprendido de memoria, repitiéndolas en secuencias inalteradas, dentro de su imaginación. Incapaz de recordarlas vívidamente...

Se ha focalizado tanto en la oscuridad, que no ha visto que para que esa sombra fuera proyectada, una luz muy fuerte sería la que la estaría provocando...
Hoy se sitúa entre la tiniebla de pasado, y la luz de un esperanzador futuro, entre lo negro, y el blanco porvenir. Es gris, mezclado con miles de colores. Brilla cada tanto. Son momentos únicos, que merecen ser celebrados. Algo le permite iluminar, y quizá no solo sea reflejo de las demás luces, sino que a veces cree que, también, su cuerpo o esencia son capaces de irradiar luminosidad...por más pequeña que sea, iluminará.

Algunos cuentan que nació prematuro,"fuiste un apurado", le dijeron. Se creyó darle luz, al salir del cálido refugio, pero se lo ha desterrado, irónicamente, para caer en la tierra...
Le han insertado mangueras por su cuello, respiró asistidamente, desde su primer día, durante seis meses, casi. No puede moverse, puesto que cualquier movimiento le provocará un dolor tremendo, y correrá riesgo su frágil vida.
Con dos años, el hogar fue segmentado. Y las cosas no vuelven a ser como antes...

Crece solo, con miedo...indefenso...

Después de reconocer que ha padecido grandes desafíos, desde que acabó aquel comienzo, hasta hoy en día, es quien intenta caminar por un sendero que el mismo está construyendo...
Quizá no lo hace por si mismo, tampoco para sí. Lo que importa es que lo hace, y todavía se está moviendo...
Contradiciendo a la razón, colabora con un aporte diario de cuotas que alimentan de alma. Genera lo que otros pocos se animan a demostrar. En sus cuadernos transcribe día y noche historias que lo evaden de lo real, y lo acercan a la surrealidad de lo eterno. A pinceladas abiertas, colorea catorce mil espejos que reflejan certezas esquivadas por palabras. Se literalizan, todo el tiempo, para ser apreciadas por quien desee hacerlo.
Escucha melodías, aunque le saquen los oídos. No duerme, y sigue caminando por los sueños, oyendo voces que susurran...Despierta nuevamente en sueños, y sigue caminando.
Música, música de colores, música de aromas hermosos, música que se mastica, se acaricia, y que finalmente es oída...
Se puede saborear, y no empalaga...
Hoy un libro está abierto, se está escribiendo en páginas usadas... utilizándose palabras viejas, compartidas por miles, pero superfluamente trabajadas...

Veremos si conmueven la tinta que corre por las venas del algún ave...

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Jesús...
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