miércoles, 27 de mayo de 2009



A muchos les di parte de mi mundo, ilustraciones de ilusión. Se llevan pedazos del eslabón que... a veces piso y hago fondo de paso hacia un cielo que no puedo ver por aún estar acá. En invierno volaré. ¿Porqué buscar afuera? si la riqueza emana de nuestro interior. Estoico.

El miércoles sucedió algo ligeramente sublime (cuán desvalorizante fue mi concepto, che) Sucede que después de un exámen, estuve hablando con compañeros de viaje precoz; retraté uno y el resto quiso ver más de mis obras. Como es propio de 'mi', llevo conmigo cada una de mis intenciones gráficas de representación plástica; ahí llevo las mejores valoradas a mi entender actual. Carpeta con cuadros rescatados, gran cantidad de bocetos y muchos dibujos que pudieron ser acabados, pero sintetizaron el final a los pocos trazos... Ahí los llevo, en cuadernitos, agenda y una gran carpeta. Recuerdos de etapas, de lugares y personas que demostraron ser más. Captando esencias voy, sin intención de hacerlas presa, sino de contemplarlas a mi manera, relatando entre armoniosos calibres de grafito unos cuantos rasgos que desnuden al mundo que lleva consigo- entender incontables cosas.
Retazos de cielo van, remontando nubes hacia el pedestal de nostalgias ausentes. Reviven momentáneamente para dar el toque trágico que conmueve si no se lo llama. Está y es de acuerdo a tu desgarradora interpretación. Minuciosos detalles del recuerdo, hacia lo que tal vez, en algún instante, pudiese permanecer...
Momentos atemporales, posiblemente no tan utópicos como la razón.

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Estando en la innaguración de una sala de exposiciones, dentro de la facultad misma, obtuve paradigmáticos matices de... mensajes o mejor dicho: canales, hacia lo que apuntaba el mensaje en si, la exposición. Mucha gente adornada con trajecitos y clásicas superficialidades aparentes. ABURRIDOS. Bueno, si, la hipocresía fue la reina de la presentación. Fuera de eso y más allá de lo que quiero contar - y se hizo extensa la intro - el hecho de haber preguntado por cómo y qué debo hacer para exponer en ese sitio y que me respondieran que debo morir, habiendo sido alguien RECONOCIDO, y blablablá (repugnante la sensación que me produjo). Acomodaditos.

Bueno, hay gente y más gente ahí, si.

Hace unas semanas he tenido el placer sin orgullo de haber conocido (literalmente, conocido) a una persona de la cual no había ni oído hablar, afortunadamente. Según quien me la presentó, es alguien muy conocida, valorada y respetada por sus obras pictóricas fundamentalmente. [ Era una persona, humana y un poco mística... al menos eso me demostró. ] Y estaba en esta exposición. Me reconoció a mi y vino a saludarme; hablamos un rato y me propuso trabajar juntos.

Ya más... distendido, luego, en el ala sur de dicha instalación, me encontraba hablando con alguien y veo que se acercaba una persona. A dicho ser, lo había visto ya una vez en una exposición propia (de él) en el año 2005, yo lo retraté a escondidas y después lo saludé. A lo cual, como... respuesta, me dió su autógrafo. Ejém, ¡qué interesante!.
Me había quedado esa sensación de que por condición y ego, se suponía que tuvo que otorgarme un garabato literario de sí.
Fui a conversar con él, y lejos de tratar el tema, la charla se desvió hacia otros matices por demás interesantes. Causalmente, capté lo que yo deseaba de su monólogo y encontré, así, la conexión. Al despedirnos, nuevamente, esta vez sucedió algo diferente: me pidió mi número y algún sitio donde observar mi obra, así que se lo anoté en mi tarjeta personal... (previo a esto, llama a su secretaria para que tome nota) Uh... Y se fue.

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Un abrazo, che.

Jebú.
letargo@live.com.ar
[Si, si, muy bonito el cuadro. ]

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