miércoles, 27 de mayo de 2009




Al fin te encuentro en el principio,
luz de ámbar reflejada,
tu belleza, y mi desquicio
festejadas por un hada.

Bajo el murmullo de sirenas
se la encuentra triste a la muerte,
reviviendo entre la arena,
la injusticia de su suerte.

Cuando ellas cantan, se adormece cada rastro de conciencia.

Ellas no tienen ni clemencia,
frente a quienes en mar parecen
solo escamas de la tierra,
que cuando el viento arrecia,
se les agita el corazón,

Transitando en el oleaje,
van llevando su dolor,
de haberse alejado
de su vida, hacia el error:

- Van buscando la belleza,
esa inmensa ilusión,
que los levanta y endereza,
ante cada tropezón.

De vivir, nos habla el recuerdo,
mientras la memoria es falseada,
desvirgando la pureza,
entre retazos de la oleada,

La botella se acercaba,
para recordarme alguna cita,
que escribió un marinero,
porque mi voz él necesita.

Le ha escrito al destino
de aquel navío que resiste,
que ha valido más victorias,
y a pesar del momento triste,
el dolor de su memoria,
a pesar de su partida,
como cuando vino, hoy existe.

Hoy se llena el ocaso,
de tristeza que exhorta,
a ahogarse en la despedida,
que reabre las heridas.

Pero él es grande y se comporta
como un valiente luchador,
mientras su dueño lo observa
naufragar en su canción.

El naufragio en su pupila,
la oscura tempestad,
de ver con los ojos de antes,
lo que hoy se lleva el mar,

Y ya ves como renace,
la vida, luego de amar,
a cada barco y paisaje
que participe en tu mirar...

Que de este marinero,
se recuerde su proeza,
por haber sido más que cuero,
coronando su grandeza...

Hoy no grita y no reza,
no le inquieta el temor
de la intranquila ironía
de venir para el adiós.

Aquí yace su memoria,
y de reojo nos invita,
a leer este mensaje,
que con fuerza nos suscita
a creer en esta historia
que no mata ni a su presa,

Que su fin no nos asombre,
su expresión me lo confiesa
la verdad de este hombre
que en esta obra nos profesa:

"Que en el curso de los años
no se libren más batallas,
Que entre lo propio y lo anhelado,
la ambición sea encallada"

El poder envejece y extermina,
a cada hombre que camina
hacia la gloria y sus ruinas,
del placer efimeral...

Te lo dice un viejo amigo,
el que nace y es pasado,
mientras proyecta emociones,
en los padres de un niño sabio.

Así nace la nostalgia,
de haber visto amanecer
una noche que reemplaza
el orgullo por placer...

Infusiones de escarlata,
entre cardos y algodón,
la inconciencia me delata
la razón del corazón...

.
.
*

Jebú.
letargo@live.com.ar

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