La verdad no se aprende, se esnifa.

Yo me lo he dicho hace cuatro años, mediante un escrito de esos vomitivos, los carentes de tamiz y pausas. Esos que salen y te hablan mirándote de frente, como tomando tu hombro con fuerza e inflando el 'nudo' en tu garganta.
Esto salió hablado como alguien vulgar, de los que reconozco hoy: Hablando estúpidamente de fragilidad, de muerte, en contrastes sin retorno ni negación (sí, extremos simples). Esas cosas que dice un púber, en las que se victimiza, se siente perdido aunque no reconoce que sabiéndose inconsciente sobre algo, es el Dios de aquello.

Hoy me molesta lo trillado, lo trilladazo, trilladísimo de las preguntas básicas del "¿para qué vivimos?" o estupideces similares. Pero eso es conmigo mismo y ustedes tal vez vayan a otro nivel -seguramente más adelante y elevado que yo- y éste que leen, suena... ¿me escuchás?. Esa voz con la que me estás leyendo, no es la tuya... ¿o sí?.

¡Basta!, acá lo comparto (disculpá por entrometerme. Entrar y meterme en vos), ahora me desnudo en el pasado, mirá:

"Estoy creciendo, adquiero experiencia, me vuelvo frágil, dócil, y repentinamente caigo en la constancia de lo que soy día a día. Observo como me caigo en depresiones y veo mientras me pierdo en mi desesperación. Luego, de repente, me levanto. Siempre buscando nuevamente algo en que apoyarme para seguir en pie y mantener el equilibrio. A veces siento que por falta de algo o alguien, ese equilibrio se ve alterado y de nuevo se renueva el ciclo de tropezón, caída, abatimiento. Y emprendo nuevamente un ascenso en búsqueda de algo mejor por qué vivir. Vivir, "¿para qué vivir?". Eso me pregunto siempre. Protesto constantemente en mi simple condición de hombre mortal. Soy un simple personaje en mi vida, que sabe que se va a morir sin remedio. Mientras tanto escribo, me enamoro, pinto, actúo. Me olvido de una obsesión que, a veces, debe embarrarme los días y las horas. Claro que sólo algunos días, sólo algunas horas. Pero aun así, no es poco"


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Hoy amo las confusiones: el estado mareado de no verse situado. Aunque cuando le sucede al otro y eso me involucra, desee patear mi cabeza teniendo una compotera de metal llena de cereales encima.

Abrazo.

Jebú.