viernes, 4 de septiembre de 2009

Equilibrio




Hablar en primera persona, es desvincularse bastante de nuestro entorno. No soy yo solo. No va por cuestión de personalidad diferenciada ni, mucho menos, aquello a lo que hemos denominado Ego. Muchas veces veo como algunas personas se refugian en otros, toman estilos, modas e imágenes que no les pertenecen para poder adaptarse a alguien o algún grupo. Es triste. Es triste diferenciarse. Pero también tiene su lado positivo, ¿por qué no?: - Uno puede brillar por sus capacidades, o destacarse por ser un desastre en algo en particular. Pero caretearla para simular, dar vueltas -calificándose- incapaz de algo, por falta de voluntad y empeño, ponerse de careta a otro para resaltar; eso si me parece degradante. Uno es capaz, puede. Pero, ¿por qué nos gana la vagancia, la comodidad? Por momentos veo como la realidad llega a abrumar mi mente. Las voces que imponen, el humo y las publicidades nos dejan sin aire. Desearía que los mensajes que recibimos a diario, no sean una búsqueda de aprisionarnos y hacernos parte del sistema. Desearía que los gestos de los gobernantes, de las compañías, de los trabajadores, no vayan solo por el simple y egoísta crecimiento personal. Somos, gracias a todos. Gracias a vos, a mi, a aquel y aquella. Solo así, SEREMOS. ¿Qué más estresante que oír pedidos, insultos, gritos, imposiciones? Cuando todo lo que poseemos, podemos ofrecerlo por el bien reciproco. Sé que puedo no ser comprendido, pero les comento por experiencia personal, que cuando uno da sintiendo que se desprende de algo que necesita y no que le sobra, se siente maravilloso. Es como si algo nos acariciara de manera indirecta el alma. La bondad, respeto y solidaridad (que tanto cuesta, pero vale aún más), podrían llegar a ser gran parte de nuestras vidas si les diéramos lugar, antes que a los prejuicios que giran en torno al que es miembro activo de su fe y goza de buenos valores. ¿POR QUÉ DESCONFIAR DE QUIENES AYUDAN Y APORTAN ALGO BUENO A LA SOCIEDAD? Miles de seres solidarios, viven otorgando al prógimo partes de su salario, de su tiempo. Se piensa que estos valores sólo se encuentran en personas quienes van a iglesias, horfanatos, asilos, conventos, pero no se reconocen los gestos mínimos como acciónes solidarias: una sonrisa, una caricia, una mirada, incluso, pueden más que mil toneladas de alimentos orgánicos. Han segmentado hasta la fe. Cada uno está encerrado dentro de un dogma y parte sus pensamientos, de acuerdo a sus propias creencias y las ideologías de su entorno. Sociedad fundamentalista. Alimentan su ego pisoteando miles de hermanos, sólo por querer sobresalir. Buscan poder: el mismo que luego que es conseguido, los encandila y les impide mirar. Ahora ven con ojos terrenales e impuros. No sacrificarán un solo centavo a cambio de un estómago lleno de algún ser, pero si calmaran su sed de elogios, afichando las calles con sonrisas hipócritas, para seguir escalando clases sociales. Mientras unos tantos viven en su riqueza material, otros gozan de una plenitud aún mayor en valores, pero sin costos materiales. El hecho de compartir, sinceramente con voluntad de dar únicamente, se ve recompenzado en grandezas que no soy capaz ni de imaginarme, siquiera, pero doy fe que existen y cada tanto tropiezo con gente que en su mirada refleja la esperanza de creer. He leído en una obra de Molliere [ "El médico a palos"] Que 'la dicha, prescinde de riquezas', y lo puedo ver claramente. Es, cada tanto, mi realidad y la de muchos otros. ¿Cuántas veces hemos llorado de alegría?, las lágrimas y ese nudo en la garganta pueden desatar miles de sensaciones que encienden otras tantas millones de esperanzas para poder seguir. Se abren caminos, se encuentran personas fuera de uno mismo y se comparte haciendo aún mayor esa alegría. Ahora bien, voy en contra de muchísimos medios de difusión masiva que, con el morbo a flor de piel, difunden imágenes cruentas, dolorosas, tan friamente. ¿Para qué? Aún, no lo sé y no deseo adentrarme demasiado, tampoco. Cuando tantas cosas hermosas suceden, sólo se nos muestra el lado negativo, cruel, sangriento. [y así crecemos] Tanta negatividad, polarismos. Blanco, negro, ¿y sus matices? No estoy planteando que sólo pasen sonrisitas en la tele, ni que se ande simulando bienestar por ahí. Sería ilógico siquiera pensarlo. Sino fijarse que que se podría equilibrar un poco y demostrar que no todo está perdido. Ni la juventud ni la vejez biológica decidirán sobre la lucidez de un alma bondadosa. Todos podemos y pocos quieren -compartir-. Se está temiendo por no confiar en el otro. Y si no se habla, no se conoce. Si no se conoce, no se crece; y así seguiremos: estancados. Me hago parte del mensaje, de la palabra de alguien que dijo que el cambio empieza por uno mismo -Ghandi-. Dale, tratá y luego tratemos. Si no habla uno mismo, ¿quién lo hará?. ¿Esperar?: Buscá una posición cómoda para esperar, che. Hacelo por vos, hoy y no para vos, solamente.

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¡Buenas vibras, gente! ^^
Un abrazo,

Jesús.
letargo@live.com.ar

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