miércoles, 27 de mayo de 2009

Hace ya unos meses que he comenzado a desterrar ilusiones, quizá sea por intentar ocultar mi parte más vulnerable... Hubo momentos en que lo subjetivo llegó a sonar muy distante para mi y tuve que darme aliento de una manera más concreta...
La objetividad del pensamiento, estructuró en demasía mi lenguaje y la interpretación de infinidad de cosas que fueron traduciéndose literalmente, hasta el punto de verme sumergido en un mar de preguntas sin retorno...
He leído demasiado, lo sé, y eso fue un condimento más que, sumado a mi sugestión alternada de negaciones, formaron parte de miles de encrucijadas que fueron poniendo límites a la libertad; aquella que sentí profunda y sinceramente tan parte de mi... o yo de ella... ahí está el punto. ¿Soy parte de ésto, o no? Si digo que soy libre, me condiciono a dicha razón, además de cada uno de los argumentos propios y ajenos que DEFINEN -estructuran, limitan, objetivizan, e interpretan- algo que no debería ser en mi yo actual...


El tiempo:
Hasta que me pregunté por él, hoy digo que ha pasado mucho presente hasta este futuro, mientras que hace unos instantes hube negado cualquier argumento que reafirmara la teoría de un transcurso que delimite movimiento en mi espacio a-temporal...
No creí en el tiempo, ¿sabés porqué? me dije que el pasado NO EXISTE, puesto que si no fuera por este presente, sería ilógico pensar en algo ya sucedido, si no fuera por tu recuerdo (llamado...consecuencia) mientras que el futuro, en el caso de existir el pasado, sería éste mismísimo instante.
Pensandolo neurológicamente, hasta que uno entiende, caratula, ve y reacciona (por ejemplo: que ha pasado alguien caminando enfrente de uno) ha pasado un instante, por lo que planteo que lo que vamos entendiendo en modo presente, es algo que ya pasó. VIVIMOS EN EL "PASADO". Pero sin embargo, es un momento presente a todo momento, ya que vivimos ahora y no después ni antes. El futuro, también lo estamos viviendo, pero hasta que se comprende, ya ha sucedido...
Hasta la propia eternidad se me hace efímera. Pero para eso, primero trataré otro tema...


El Amor:
Abundancia de dudas, totalidad de incertezas, ansiosa pasión de mantener en vilo el sentido supremo (¡ES UNO SOLO!, ¿por qué lo segmentaron en 5?) a tal punto de conseguir un estado de éxtasis total, provocado por el anhelo de muerte... por el riesgo, aquel presagio de fatalidad que nos lleva a deducir que lo apreciado es sólo un reflejo: algo que no podemos explicar literalmente. Mientras, la poesía, es un textual fragmento de imágenes retorcidas que encapsulan la seducción entre todo aquello que fusionado con la incerteza, provoca el delirio de dos o más amantes-voluntarios/futuros que aún buscan echar riendas en un lugar, amarrándose, cual anclas, en un instante que, desearían, fuera eterno...

¿Eternidad?:
Suponiendo que nos encontramos en un estado de la eternidad, una persona no podría romper un lápiz en dos -o más- partes, o caminar de un lugar a otro, ya que dichas acciones tienen un antes y un después: un momento en el que el lápiz está entero y otro en que ya no lo está. Estos cambios corresponden al tiempo, a lo temporal, siendo así que la eternidad es atemporal, por lo que básicamente nada puede ocurrir en la eternidad en el sentido en que la entendemos. Para que estas acciones tengan lugar, debe haber un tiempo que corresponda a una acción continuada: un tiempo en el cual pasado, presente y futuro son combinados para conformar una acción constante. Uno "no" rompe el lápiz, pero también lo rompió, lo rompe y lo romperá, todo en el mismo instante. De ésta idea parte mi la causalidad sucesiva de hechos que relaciono; en tiempo lineal.

Teología:
Me pregunté por un Dios, y con eso surgieron palabras como sabiduría, inmortalidad, omnipotencia y atemporalidad (engloba todo aquello anterior que me cuestioné) ... ¡Qué aburrida es la vida de Dios! No vive, porque no muere, sabe todo y crea desde el vacío de su deseo ilimitado, ante el poder de su insaciable pretensión. Egoísta, único y narcisista. Temeroso, al punto de pedir y exigir plegarias y alhagos, sacrificios y tolerancia sobre cada ser que -supuestamente- ha creado. ¿Qué sería de Dios, sin el hombre? quien es el que lo ha imaginado, y puesto en un pedestal para depositar en él, todo aquello que no "puede" explicar, ¿porqué?: Simple vagancia, suena a desinterés. Quizá ilusión sea la forma adecuada de explicarlo... Desear algo que no se desea, siendo tal negación, la que vuelve seducible aquel trastorno existencial. ¿Vida, muerte, trascendencia, o el simple hecho de existir ya basta?, en tal caso, ¿de qué se vale uno, o los demás para afirmar que existís vos, o algo más allá, o acá -en el caso de los objetos 'inhertes'? El movimiento parece ser la cuestión, cual engranajes que se encuentran y se reconocen partícipes de uniones físicas que apoyan su fuerza con un fin determinado, pero NO ÚNICO. Yo no existí, hasta que no tomaste conciencia de mi presencia, de alguna manera...

.
.
*

¡Buenas vibras! ^^
Un abrazo, che. :)

Jebú
letargo@live.com.ar
[Cachivache]

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradeceré comentarios que aporten a lo tratado en el post. Debido a que debo verificar los comentarios antes de que sean publicados, no es necesario que intenten siquiera hacer spam o desvirtuar el tema tratado. Gracias...