domingo, 29 de noviembre de 2009
Ni ojos ni nariz,
un metal frío era su boca.
La impresión confirmada
de que su corazón era una roca.
De colores delatores le hablaba,
ante her superstición cabalística
de haber sido más que hiel
coronando sus aristas.
La intuición ya sabida (*)
no le impidió continuar la carrera
hacia una gran caída
que comenzaría de esta manera.
Antes o después de intentarlo,
acechará una duda, pero no sólo eso
será el ojo de la dictadura.
Mucho más allá de las obviedades
existe un camino ambiguo,
entre lo pensado y el impulso
de seguir tu propio camino.
Ojalá que las palabras
Que hablan de la soledad
Busquen un acompañante
Y no hablen solo por hablar
["Sin palabras" -La Vela Puerca-]
Tan creíble como esto:
Que sos única, sola y desnuda,
es su paralelismo con su eco.
Continuar abrazada al destino,
de venir para el hasta luego.
Ser individuo en franca extinción,
solitario vagabundo, intérprete y
contingente de un mundo visto como lo vio la gente
y no ser alguien entre tantos pronombres.
Deducir a partir de ello:
de lo dicho y sus dogmas,
sin reconocer lo esencial;
aquello que me llevó hasta tu lado,
y hoy me remonta más allá de la básica
emotividad de lo simple.
(Charquito en comisura)
.
.
*
Jebú.
[ Tu mierda es el mejor abono. Florecerán las coplas. ]
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