En las calles reina el caos, mientras en el suave murmullo de los bares, resuenan historias sin trascendencia alguna, quizá...Las mujeres son hombres, y a la inversa se multiplican. Entre versos y salidas, las risas aturden las calles por la noche. El bondi central pasa rápidamente, vuelan golondrinas sobre el cielo celeste. Camino andado, tazas llenas de misiones sin estrategia, con empeño valiente...
Vamos, que giran y ruedan... apretando fuerte los dientes, envejeciendo a cada paso, en cada astilla clavada sobre las venas precoces... ¿Porqué acabar ahora? Cada paso es un fin en si mismo, cuando menos esperás, los tiempos ni te calientan... Crudo, sucio, bacteria infectada por vos. Cloro y aceite, y un Pitágora más... La gente está ausente, y el niño muere observado por el ave rapáz...
Plásticos, envoltura de frágil contenido. Carne devorada, lastrada... carne que se pudre en tus entrañas y excretas...
Ella abortó una ilusión, una vida. Mas el aire no se mata, vive, renueva y respira en lo hondo de cada rincón... levantará tus cenizas, polvorienta cicatriz, huella de tu fragil andanza por el momento feliz que esquivaste, buscando allá afuera lo que llevabas dentro de ti..
Levantate de ahí y gritales a tus miedos, levantá sospecha de tu inseguridad... Hay que demostrarle al pueblo que tu fuerza mueve y vale más de lo que el precio cotiza. EMOCIÓN, QUE SE DESLIZA EN UN ÓLEO, derretido por un Dios que rotiza las pieles de quienes viven a la intemperie de un techo puro, sin tapujos ni temores al llanto del firmamento...
Vida que caes y limpias, purificando las heridas... Llanto de alegría compartida. Dolor... razón del deseo. Conciencia abierta de sentimientos inexplicables... Revolver en viejos andenes, buscando cajones abiertos que se hagan trizas en el presente. Saborear de una mejor manera el efímero presente que se conecta a lo siguiente... vivir intensamente, sin mente que te detenga a lamentar por haber dejado tu creencia natural... progreso, egreso contínuo de alegrías ciclotímicas. Convulsionará la manía de sentirse más. Tiembla el templo de la vanidad. Risa de furia blanca, cadenas azotando verdades, se queman lenta y cruelmente cada cual en su mediocridad ansiosa de prosperar en éste mundo que todo lo vale...
Y como viene, se va... andando con su disfráz por detrás, de a momentos será escudo, y real.. Bien sabe que no, pero el si le dijo quizás, dando tumbos despechados suplicó bondad a la locura. ÉXTASIS de felicidad, alegría conyugal disuelta en un polvo engendrado... desacuerdo, morirás... Solo así, simplemente, comenzará lo eterno del nacimiento con final abierto, cual herida que lamento y no cicatriza, apuntando coágulos alusivos al freno hemorrágico del vino tinto: rey coronado por un cigarrillo, al momento de comenzar el descanso...
Un abrazo,
Jebú
letargo@live.com.ar
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